Plan frutícola: comienza la ronda de consultas con el sector

En los próximos días técnicos que están liderando el proyecto frutícola, que impulsa el gobierno provincial, comenzarán las ruedas de consulta con los distintos actores de la actividad para enriquecer la propuesta definitiva que será presentada antes de fin de año a la administración Macri.

El proyecto contempla el inicio de ejecución en abril de 2017 y prevé un mínimo de 6 años para encauzarlo. Los montos de inversión, directos e indirectos, se ubican en torno a los 550 millones de dólares.

“En la semana estaremos convocando a todos aquellos que quieran hacer aportes al proyecto”, sentenció una de las fuentes que participa del escrito.

El documento muestra un alto nivel de diagnóstico pero está limitado en respuestas. “Esperamos que todos participen para enriquecer lo que estamos elaborando”, aseguró uno de los funcionarios consultados.

Alfredo Palmieri, ex ministro de Producción en la primera parte de la gestión Weretilneck, es uno de los que lidera el proyecto. Otro de los referentes es el especialista Miguel Giacinti.

Con los tiempos algo retrasados, en Viedma esperan que todo lo técnico este definidos para la primera quincena de diciembre. Con el documento cerrado esperan realizar la con presentación formal ante el gobierno central antes que finalice el año.

Sin embargo desde Nación bajaron las expectativas sobre las definiciones que necesita el proyecto, como es el caso del financiamiento de todo este complejo proceso de cambio. Aseguraron que en la reunión de principios de noviembre entre el gobernador y el presidente ambos coincidieron con una visión de lo que debe ser una fruticultura moderna y competitiva. “Ahora falta presentar un proyecto que avale esa visión y luego la institucionalización del plan…y eso no se hace ni ejecuta de un día para otro”, confió el funcionario nacional que accedió a conversar con “Río Negro”.

Claramente la fruticultura del Valle tiene dos frentes que resolver en forma casi simultáneos. El corto plazo que es lo que genera ansiedad y angustia, en especial sobre los sectores más desprotegidos de la cadena, que son los productores. Y el mediano y largo plazo, que es la visión en la que coinciden el gobernador y el presidente sobre lo que tiene que ser una fruticultura competitiva.

El proyecto de Río Negro debería contemplar estos dos escenarios y buscar la forma que la coyuntura pueda tener una solución (o empalme) que sirva para lo que son las reformas estructurales que se proyectan sobre la actividad.

Sin este concepto clave dentro del trabajo, se corre el riesgo de que los beneficios del plan frutícola queden en unas pocas manos.

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