Explosión y muerte en Aguada San Roque: «Que el abogado no se haga el picante»

La octava jornada del juicio oral se caracterizó por chicanas entre los letrados, que ya venían protagonizando algunos cruces en los interrogatorios a testigos.

Después de ocho jornadas de audiencias que comienzan a las 9 y terminan a las 17, con interrogatorios exhaustivos sobre temas muy sensibles, los ánimos de los protagonistas del juicio por la explosión en la escuela de Aguada San Roque en la que murieron tres personas se van alterando. Desde hace días se percibe un incremento de la tensión entre los abogados de la querella y de las defensas, que este miércoles encontró su cenit.

A la mañana el que embarró la cancha fue el imputado Diego Bulgheroni, director técnico de la empresa Arte Construcciones, uno de los más comprometidos por los testigos que han declarado.

Ya había insinuado algo su defensora Melina Pozzer en días previos, cuando le preguntó a un perito informático si sabía que el arquitecto había tenido una comunicación telefónica de 29 minutos con el abogado querellante Emanuel Roa Moreno, uno de los representantes de ATEN y de los fallecidos Mónica Jara y Mariano Spinedi.

Bulgheroni rompe el silencio


Esta mañana, Bulgheroni pidió sorpresivamente la palabra. Los imputados pueden hablar en cualquier momento de la audiencia, sin juramento de decir verdad. Lo que contó el arquitecto fue que él se puso a disposición de la fiscalía apenas ocurrió la explosión. En ese entonces dirigía la investigación la fiscal jefa Sandra González Taboada, hoy jubilada, secundada por la fiscal del caso Gabriela Macaya, quien sí está presente en el juicio.

Dijo Bulgheroni que el 1 de julio del 2021 (la explosión fue el 29 de junio) lo llamó la fiscal Macaya para avisarle que González Taboada quería allanarle el estudio, pero que a ella «no le parecía una buena idea» y que apelaba «a mi buena voluntad para que entregara la documentación que se me requería».

Una revelación que, de ser cierta, deja mal parada a la fiscal del caso.

El asesoramiento de Roa Moreno


Bulgheroni dijo que buscó asesoramiento de un abogado y por recomendaciones de terceros llegó a Roa Moreno. Habló 29 minutos con él por teléfono, «le conté lo que yo sabía de la obra, me hizo preguntas, hablamos de los papeles que tenía que entregar, le pregunté por sus honorarios y me dijo que no me hiciera problemas, que en la semana nos volveríamos a reunir, pero nunca más me atendió el teléfono«.

«Después me enteré -dijo Bulgheroni- que es abogado de la querella. Ahora siento que lo que hablé con él lo está usando en mi contra. El único asesoramiento legal que tuve fue de él».

Hasta ahí lo que contó Bulgheroni. Si es cierto, puede incluso interpretarse como un delito. Diario RÍO NEGRO buscó opiniones y nadie de la acusación le quiso responder, pero extraoficialmente indicaron que puede ser una estrategia para tratar de neutralizar la acusación.

Los peritos de la defensa


A la tarde el clima no era el mejor, y se enrareció más cuando empezaron a declarar los testigos de la defensa. El primero fue un policía de Río Negro, Federico Nicolás Carlos Brizuela, quien hizo una pericia en la escuela pero un año después de la explosión. Sus conclusiones quedaron relativizadas.

El segundo fue un ingeniero civil, Hugo Calio, dueño de cuatro empresas, tres de ellas contratistas de Obras Públicas de Neuquén. También hizo una pericia un año después, junto con Brizuela. Ambas, a pedido de Gonzalo Rodríguez y Martín Segovia, que trabajan en equipo en la defensa del inspector Sergio Percat (muy comprometido en la causa) y el exsubsecretario de Obras Públicas Roberto Deza.

El contrainterrogatorio


El contrainterrogatorio de Emanuel Roa Moreno fue minucioso y exhaustivo, como todas sus intervenciones. Los querellantes le exigieron a los defensores que dejen de hacerle gestos al testigo para orientarle el sentido de las respuestas, lo que dio la pauta de lo que estaba por pasar.

Segovia suele molestarse por el tono de las preguntas de los querellantes. Incluso los llama con apodos pretendidamente irónicos, que éstos le replican con otro mote.

El griterío


Hoy el clima empeoró cuando Roa Moreno dejó al descubierto que el ingeniero Calio había hecho su pericia acompañado por el imputado Percat, sin dejar constancia de ello en ninguna parte. El tono de voz empezó a levantarse, y justo ahí intervino Martín Segovia.

«Que el abogado no se haga el picante», reclamó a viva voz desde su asiento.

Lo cortó el presidente del Tribunal, Maximiliano Bagnat, quien le pidió que guarde las formas. Se armó un griterío entre ambos que terminó con un pedido de disculpas por parte del defensor. También Roa Moreno se disculpó, pero la tensión no volvió a bajar.

Quedan dos días con testigos muy complejos, y los alegatos. Todo puede pasar.


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