Cutral Co: una bodega suma un restaurante con lo mejor de la gastronomía regional

A través del municipio local se desarrolló un proyecto de viñedos y una bodega. Ahora se sumó un restaurante que fue lanzado a concesión por la municipalidad. Turistas que transitan la ruta 22 y vecinos de la comarca petrolera pueden de los platos que se ofrecen en el lugar.

«Hacer la apertura de un lugar de por sí es algo increíble, encima una bodega y en tu pueblo es la sumatoria perfecta para quedarme«, dijo el chef ejecutivo Ignacio Liotard que está a cargo del restaurante Agua de Fuego, en Cutral Co. Junto a la chef Mica Di Lena son los encargados de preparar y ofrecer una propuesta gastronómica que busca incorporar los sabores regionales y darles un toque de innovación.

Cutral Co, a través del municipio, desarrolló un proyecto de viñedos y una bodega. Ahora le sumó el restaurante que fue lanzado a concesión por la municipalidad. Tanto los turistas como que transitan la ruta 22 como el público de la comarca petrolera ya pueden disfrutar de los diferentes platos que se ofrecen, en el espacio que tiene lugar para 50 comensales.

Ignacio contó que nació en Buenos Aires, pero como al año y medio se radicó junto a su familia aquí, «me siento de acá«. Una de las razones que, tal vez más pesaron para tomar la decisión de aceptar la propuesta laboral que le ofrecieron los dueños del restaurante: Vanina Hevia y Diego Ruiz, haya sido que es muy familiero.

Estaba con las valijas armadas y a punto de irse a Europa cuando apareció esta posibilidad. Estudió en Córdoba -ni bien salió de la escuela secundaria- y luego se fue a Buenos Aires. Antes de recalar por la zona trabajó en temporadas en restaurantes de Villa La Angostura, San Martín de los Andes, San Carlos de Bariloche y también en el exterior: Uruguay.


«Toda mi vida trabajé y estudié y eso fue una ayuda. Los estudios gastronómicos te dan la base y en la cocina tenés que trabajar. Son horas, horas y horas trabajando. Es muy físico y mental, de muchas horas, en horario nocturno», para ganar experiencia. De todos modos, su camino recién comienza porque tiene 24 años recién cumplidos.

Como se iba a inaugurar el restaurante, le encomendaron a Ignacio no solo dedicarse a elaborar la carta, sino también elegir todo el equipamiento de cocina. Esto es, sartenes, ollas, tablas, vajilla, cubiertería, cristalería. Además debía seguir el criterio estético del salón y la bodega.

Para Mica dejar San Carlos de Bariloche donde estuvo radicada hasta hace poco y volver a su ciudad, es una experiencia impensada por el tipo de ofrecimiento. «Deseé tanto trabajar en un lugar nuevo porque ya había conocido el lugar (antes de que abriera) y cuando hice la entrevista, la verdad que pensé: esto tiene que valer la pena».


«Estoy volviendo a un lugar que me está haciendo feliz. Volver a tu pueblo, venir a una nueva propuesta, con la bodega era algo impensado», describió. Toda la emoción y el entusiasmo que transmiten ambos fueron puestos a prueba en estas dos semanas que tienen en marcha junto al resto del personal -son cinco en total que trabajan en la cocina- donde el público local y el de paso, asistieron a comer.

El restaurante queda frente a la ruta 22, a la altura del kilómetro 1.333 y está rodeado de las vides que conforman los Viñedos del viento, al lado de la bodega. Desde el salón, los comensales pueden observar el entorno característico de la meseta patagónica que rodea a las ciudades. En especial, si la vista se centra en el oeste, donde se adivinan las vistas de los mejores atardeceres que se podrán disfrutar, sin contaminación visual.

El acento en la comida regional


El chef armó el menú basado en la comida regional con carnes rojas y blancas, pescado y productos de temporada. «La idea es que vaya cambiando. Vamos retirando platos e incorporando otros. Hice hincapié en la cocina regional de Neuquén», describió. Sin embargo, les queda la tarea por delante de educar y adaptar el paladar de los comensales locales para algunos platos que no consumen de manera cotidiana.

«Le damos un cierto tinte moderno o colores, formas o técnicas para que la gente se sorprenda un poco y que no sea la típica guarnición y proteína. Así tiene un diferencial», subrayó Liotard.


Se preparan para que durante la temporada de verano, las carnes las puedan hacer a las brasas con fogones en el exterior. Esto es porque existe la posibilidad, con el buen clima que se anexen 50 cubiertos más. Otra de las propuestas que tienen en mente es la realización de eventos puntuales durante las tardes. Como, por ejemplo, conejo, cordero u otras carnes.

Mica agregó que la idea es trabajar con productores locales también. Se proponen que Cutral Co sea un punto gastronómico y turístico, que llevará un tiempo, pero no les asusta el desafío. Es una tarea para la que tienen respaldo de los colegas de la región y del municipio también.

Es precisamente Mica, quien agradece muchísimo la oportunidad de compartir con Ignacio la cocina. «Tiene la cabeza llena de ideas y me nutre todo el tiempo. Es admirable, a pesar de ser tan joven, como nos lleva como equipo, genera buen clima y las cosas fluyen. Acá hay buenas personas», destacó. Todo el personal que se desempeña en este restaurante es local y accedió mediante las entrevistas previas y cada uno con su currículum.


Hasta el momento, la elección de los comensales tiene el acento en la carne. «Es parte de la filosofía de la bodega: carne y vino», dijo Ignacio. Su especialización está focalizada en las pastas, y todas las semanas las varía: pastas rellenas o lisas.

Tratan de armar la cocina para que el comensal llegue y no espere 45 minutos para degustar el plato. A la vez que aprovechen todo el menú: desde la entrada hasta el postre. Los vinos que se consumen aquí son los que se producen en la bodega.

La sorpresa fue que no solo consumen los vinos locales sino que también los compran para llevarse o para regalo. En estos primeros días, se vendieron 200 botellas, relataron.

«Aplicamos la filosofía de probar la carta entera: entrada, principal y postre. La idea es que se prueben los tres pasos y funcionan así los restaurantes en los que trabajé», subrayó.

Que la gente se vaya feliz


«Para mí el objetivo es que cada persona que viene se vaya feliz. El equipo que tenemos estamos trabajando para que seamos una familia», coincidieron ambos. Todo ayudado por la participación a la par de Vanina y Darío.

Sumar a este restaurante al sello de Gastronomía Neuquina es una tarea que les demandará algún tiempo, pero para lo que están trabajando. La bodega es un punto altamente atractivo para que esto ocurra.

Este restaurante abre sus puertas -con cincuenta comensales en mesa y seis en barra los miércoles a sábado desde las 21 hasta la medianoche. La barra funciona hasta la 1. Los viernes, sábados y domingos de 12 a 15. El domingo es solo al mediodía. Las reservas se pueden hacer al 2994231875 y en Instagram: @aguadefuego.resto


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