“A Albanessi lo habían asesinado los militares”
Siempre estuve seguro de que al señor José Luis Albanessi lo habían asesinado los militares. Con el lenguaje elíptico que había que usar para decir las cosas que hacía la dictadura, lo informé por LU 19 “La voz del Comahue” cuando se produjeron los hechos. Pero inmediatamente debí dejar de hablar del tema y no fue, como se puede inferir, por una presión del poder sino por un pedido de la familia, que estaba, además de extremadamente dolida por la pérdida, muy asustada por la forma en que habían ocurrido los acontecimientos. En aquellos tiempos me desempeñaba como responsable del área periodística de esa querida radioemisora cipoleña. Sus directivos me habían dado plena libertad para trabajar, dentro de los márgenes de prudencia con que había que manejarse. Lideraba un grupo de trabajo muy interesante donde convivían la experiencia de los veteranos y el empuje de los más jóvenes. Nuestro lema era acercarnos siempre a la verdad, si es que no podíamos llegar a ella. E informarla. Nos costaba mucho saber más que lo que informábamos. Con la dictadura sobre los argentinos y la guarnición militar Neuquén sobre nosotros, nos perfeccionamos en el uso de la metáfora, de la elipsis, para no empacharnos con lo que sabíamos. De tal forma logramos una audiencia y un concepto interesantes en la amplia región de cobertura. Dentro de otras actividades complicadas, nos tocó cubrir una serie de incendios no accidentales que se registraron en las instalaciones de la cooperativa La colmena, una entidad formada por chacareros pequeños y medianos muy conocidos en la ciudad y la zona y con buen concepto como productores y trabajadores. Eran buena gente, por eso no se entendía lo que pasaba. “¿Quién puede estar interesado en perjudicar a esta esforzada gente?”, nos preguntábamos. Si bien sabíamos que para los militares las cooperativas eran “cuevas de zurdos” y sus asociados y dirigentes, elementos que no merecían vivir en el mundo que ellos imaginaban, en nuestras evaluaciones nunca creímos que La colmena podía ser objetivo de persecución ideológica. Un día supimos de la detención del señor Albanessi. Primero fue extraoficialmente y horas más tarde, a través de un comunicado de la subzona 52 firmado por un mayor de apellido Guiñazú. No recuerdo bien los términos (¡y lamento tanto no haber guardado esa documentación!), pero se decía que en cumplimiento de operativos antisubversivos se había allanado La colmena y detenido al señor Albanessi. Se agregaba que se lo había llevado a Neuquén y sometido a una revisación médica y que no presentaba problemas de salud. Días después, habiendo siendo sometido el detenido a las situaciones penosas y repudiables que luego se conocieron, otro comunicado del mismo organismo y firmado por el mismo oficial daba cuenta del fallecimiento del dirigente por un problema cardíaco, si la memoria no me falla. En nuestro grupo de trabajo no “nos comimos” la explicación; leímos los dos comunicados y sugerimos que las autoridades deberían dar mas información para que nada quedara bajo sospecha. Lo dijimos en un panorama informativo que teníamos a las 12.30 y lo repetimos una vez a la tarde. Luego, desde la dirección de la emisora, creo que ejercida entonces por el señor Rodolfo Ducas, me transmitieron el pedido de la familia de no seguir con el tema. Y ante esa solicitud callamos. Algunos días después crucé al mayor Guiñazú en la calle. Me saludó con la amabilidad que lo caracterizaba y con un tono muy cordial me dijo que había que tener cuidado con pasar “la línea”. “Albanessi?”, le pregunté. “Ud. sabe a qué me refiero”, me dijo antes de despedirse y anunciarme: “En cualquier momento caigo por la radio a tomar unos mates…”. No recuerdo que haya ido, pero estoy seguro de que su oído siempre estaba pendiente de lo que informábamos. Hoy, cuando en juicio se reconstruye la muerte del señor Albanessi, con sus detalles más crueles e inhumanos, sentí la necesidad de evocar estos hechos. Ricardo Villar DNI 8.377.070 Neuquén
Ricardo Villar DNI 8.377.070 Neuquén
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