Luces y sombras de la Carta Orgánica, un texto que cumple diez años

Los debates fueron intensos, con cientos de propuestas, tironeos políticos y repetidas invocaciones al “cambio estructural” que necesitaba la ciudad. La última reforma de la Carta Orgánica Municipal cumple diez años y en el balance actual se mezclan los avances concretos con las expectativas incumplidas.

En el 2006 la “mini-constitución” original tenía ya dos décadas y la reforma era obligatoria. El nuevo texto reflejó muchas de las reivindicaciones sectoriales que en aquel momento tenían fuerte peso, como el acceso libre a las costas, el reconocimiento de la preexistencia de los pueblos originarios y la potestad municipal sobre el cerro Catedral.

El resultado fue un nueva Carta de 223 artículos (más del doble que la anterior) y 28 “disposiciones complementarias”, algunas muy polémicas y otras casi incumplibles.

La redacción refleja en cada página lo agitado de las discusiones y las dificultades que hubo para alcanzar consensos. Así lo recuerdan hoy varios exconvencionales, quienes destacaron sin embargo el “progresismo” general del texto y el grado de participación ciudadana alcanzado durante todo el proceso.

A diez años de aquellas sesiones, queda el registro de algunas pulseadas recordables. Por ejemplo el frustrado intento del Frente para la Victoria por introducir la figura del viceintendente, que fue bloqueado por el resto de los bloques al sospechar que sólo buscaba favorecer al entonces intendente Alberto Icare, quien ya tenía serios problemas de salud.

Un año después Icare fue reelecto pero no pudo asumir, y a falta de un “vice” fue necesario convocar a una nueva elección.

Otro tema ríspido fue el del gasto de la Convención. Estaba acordado que los representantes electos trabajarían ad honórem, pero sus asesores cobraron remuneración. En total la “Convención actualizadora” demandó casi 300.000 pesos.

La presidenta fue la actual legisladora por Juntos, Arabela Carreras, quien entonces representaba al partido vecinal SUR, dentro del FpV. Esta alianza se había impuesto en las elecciones con el 33,09% de los votos, pero sólo logró 6 convencionales sobre 15.

El resto de las bancas se las repartieron el radicalismo (cuatro), Partido de la Victoria (dos), Movimiento Patagónico Popular, ARI y Pro (una para cada uno). Las sesiones comenzaron en octubre y la idea inicial era terminar antes de Navidad. Pero los tiempos se extendieron y el plenario recién votó y juró el nuevo texto el 4 de enero de 2007.

Homenaje

El Concejo Municipal prepara un reconocimiento a los exconvencionales y un acto de celebración a treinta años de la primera Carta Orgánica y a diez de la reforma, que se realizaría en la última sesión del actual período.

Consultada para esta nota, Arabela Carreras destacó “la extraordinaria oportunidad de participación ciudadana” que representó el proceso de reforma del 2006. “Las comisiones sesionaban día tras día acompañadas de decenas de vecinos –recordó–. Eso nunca se volvió a repetir”.

Reconoció que la Carta Orgánica quedó plagada de artículos reglamentaristas, pero “fue así por influencia de esa participación tan activa. Es el resultado de una ciudadanía exigente”.

Otro exconvencional, Julio Accavallo (FpV), dijo que la Carta Orgánica que hoy tiene la ciudad “incorporó muchos derechos, es moderna y bastante innovadora, por ejemplo al plantear el Tribunal de Contralor como un tercer poder municipal, con amplias facultades de fiscalización”.

Admitió también que “varias cosas quedaron a medio camino” y no se concretaron de acuerdo a la expectativa inicial. “Eso tiene que ver con la voluntad política de los gobiernos posteriores”, dijo Accavallo. Un caso es el presupuesto participativo, que se aplicó en forma muy parcial y sin ninguna continuidad.

Accavallo señaló que hubiera preferido un texto “más conceptual y no tan detallista” y lamentó el fracaso de su bloque con el proyecto del viceintendente.

También recordó que la búsqueda de consensos fue muy difícil porque ningún partido tenía mayoría en la convención. Dijo que esa heterogeneidad “en algún punto está buena, y es representativa de la sociedad barilochense”.

El presidente del Concejo Municipal, Diego Benítez (Juntos), fue asesor durante la Convención del 2006 y destacó como positiva “la institucionalidad” lograda por la Carta Orgánica. Dijo que hoy ese libro es “referencia diaria” para el trabajo de los funcionarios municipales, como no pasa con la Constitución nacional o la provincial.

Las “cláusulas transitorias”

Una vez cerrado el último capítulo –que reglamenta las reformas por enmienda– la Carta Orgánica incluyó un colorido listado de “disposiciones complementarias”, muchas de ellas con estrictos plazos de cumplimiento, que quedaron en letra muerta.

Por ejemplo la cláusula 11 establece el mandato de dictar un Código Ambiental municipal en no más de dos años. Hoy todavía esa deuda está sin saldar.

También la Municipalidad tenía un plazo de cuatro meses para garantizar la apertura de accesos públicos a lagos y arroyos. Y seis meses para garantizar la protección y uso racional de los mallines. Esto último fue cumplido en parte con la creación de varias reservas naturales urbanas.

Cerro Catedral

La cláusula 16 declara que “el pueblo de Bariloche reivindica a través de sus representantes el derecho excluyente sobre el cerro Catedral y las tierras circundantes”, que en aquel momento estaban bajo administración provincial. Unos años después se formalizó la transferencia.

Otro punto estableció que “hasta la creación del banco municipal los depósitos de fondos y activos financieros de la municipalidad serán realizados en cualquier banco de la ciudad, preferentemente de capital nacional o cooperativo”.

Del banco propio hasta ahora no hay noticias.

Vedas que perduran

Otras cláusulas que sí se cumplieron son las que fijaron prohibiciones para urbanizar la franja de 300 metros a un lado y otro de la Circunvalación y también la de realizar nuevos loteos en la zona oeste, “hasta que se apruebe el plan Estratégico Integral de Desarrollo”. Esta última veda perdura hasta hoy.

Varios de los exconvencionales resaltaron que esas restricciones (muy criticadas desde entonces) han servido para frenar la especulación inmobiliaria y una mayor distorsión en el crecimiento de la ciudad. “Sin esa cláusula hoy estaría todo construido y no tendríamos las tierras para el parque industrial”, dijo Carreras.

Archivo “Río Negro”

Algunas fechas y números

El 8 de mayo de 2006 el Concejo Municipal convocó por ordenanza a elecciones de convencionales para una “revisión total” de la Carta Orgánica.

El 24 de septiembre se realizaron las elecciones, con 9 listas en competencia. Se impuso el Frente para la Victoria con un tercio de los votos. Un total de seis partidos lograron representantes en la convención.

Las sesiones comenzaron el 3 de octubre, con el trabajo en comisión. En diciembre se realizaron las sesiones plenarias y el texto completo de la nueva Carta Orgánica se aprobó el 4 de enero de 2007.

En la etapa previa el Concejo había convocado a la ciudadanía a elaborar propuestas y proyectos. Recibió más de 500. La Convención trató finalmente 220 y citó a algunos de los autores para que amplíen su idea.

Los convencionales trabajaron gratis, pero la asamblea tuvo un presupuesto asignado de 300.000 pesos. De acuerdo a la rendición final, gastó 298.463.

En números