En busca de un verano que colme las expectativas

Si el promedio de ocupación se sitúa entre el 70 y el 75% será un éxito, pero el tiempo, los viajes al extranjero y las decisiones de último momento jugarán su propia baza.

En busca de un verano que colme las expectativas

La hora de la verdad está a la vuelta de la esquina. El motor económico de la ciudad volverá a rendir examen dentro de pocas semanas, cuando las fiestas de fin de año dejen instalada una nueva temporada turística.

La actividad tiene ciclos marcados y una rutina de preparativos y sondeos previos con fechas muy precisas. Miles de familias dependen del flujo económico que genera la actividad y también el municipio estima su recaudación en función de la suerte de las temporadas, no sólo por lo que tributan en forma directa los hoteles y otros prestadores turísticos sino por el efecto dinamizador que tiene el gasto turístico en todo el comercio local.

Una señal elocuente es la que aparece en los días más cálidos del verano, cuando se imponen las salidas y excursiones con almuerzo al aire libre y a cierta hora se hace difícil conseguir pan y fiambre en los supermercados.

La observación fue aportada por el secretario de Turismo municipal, Marcos Barberis, quien aclaró que en ese tema puntual carece de estadísticas y habla desde su propio registro empírico.

A pesar de los vaivenes económicos, la hotelería en Bariloche crece a ritmo constante desde hace años y actualmente ofrece en total 29.116 camas, repartidas en 667 establecimientos. En los últimos diez años el incremento fue del 34,6%.

Barberis dijo que “las perspectivas para el verano son muy buenas”, ya que en los últimos días “se aceleraron las consultas y confirmaciones” de viajeros que buscan alojamiento.

A su juicio, un factor clave serán las tarifas, que aumentaron no más de un 20% en la comparación interanual y permiten que “Bariloche esté muy competitiva”.

Resaltó que el turista típico de verano llega en su propio vehículo y recorre toda la región, de modo que el desafío será “retenerlo la mayor cantidad de días posibles” en la ciudad.

El tiempo aporta mucho

Según Barberis, el año pasado la estadía promedio fue superior a la esperable (alrededor de 5 días) “porque ayudó mucho el clima”. Explicó que si enero arranca con tiempo estable y cálido “la gente se mueve poco”, en cambio si le toca frío y lluvia busca conocer otros lugares de la cordillera. También apuntó que los “viajes de compras” a Chile serán un rival importante.

Barberis afirmó que Bariloche ofrecerá los mismos atractivos de siempre en materia de excursiones lacustres, circuitos clásicos y turismo de aventura. Aunque también habrá novedades, entre las que citó la posibilidad de navegar el Nahuel Huapi en el nuevo catamarán Gran Victoria, estrenado hace pocos meses, y el nuevo “eco park” de Piedras Blancas, en el cerro Otto.

Decisiones sobre la hora

El presidente de la Cámara de Turismo local, Daniel García, también eludió los vaticinios numéricos, pero dijo que su impresión es que Bariloche logrará una afluencia turística similar a la del verano anterior, cuando entre diciembre y febrero ingresaron a la ciudad unos 215.000 visitantes.

“Va a ser difícil, pero le tengo fe a este verano”, dijo García. Explicó que la tendencia es que “las personas deciden dónde vacacionar a último momento, sentadas en su casa, después de ver precios y comparar”. Por eso la promoción de Bariloche está dirigida fuertemente “al público final” y no tanto a las agencias.

Refirió que “la gran competencia es el exterior, por el dólar barato y los planes de crédito”. Pero consideró que una fortaleza de Bariloche es “la amplísima variedad de oferta que hay, con cabañas básicas muy económicas y otras de alta gama, que son bastante más caras y apuntan a otro turismo. Tener todo tipo de alternativas es una gran ventaja”.

Según García, un elemento que puede “traccionar” en favor del turismo interno es la reciente decisión de incorporar a ese rubro en el plan Ahora 18, para el pago con tarjeta de crédito sin interés.

Barberis reconoció que la caída del turismo extranjero que recibe la ciudad es un problema a resolver, porque tiene una capacidad económica que hace la diferencia. Dijo por ejemplo que “un argentino gasta en promedio 1.300 a 1.400 pesos/día y un extranjero alrededor de 4.000”.

Señaló que la Argentina mantiene en general un flujo constante de viajeros del exterior, pero Bariloche perdió terreno. Al punto de que hace 10 años llegó a recibir 250.000 turistas de ese origen y en 2015 fueron apenas 97.000. “Dejamos de estar en la góndola y hay que trabajar mucho en eso”, afirmó.

El funcionario dijo que una buena performance para Bariloche en el próximo verano sería lograr una ocupación promedio “parecida a la de los últimos cuatro años, es decir un 75% en enero y del 68 al 70% en febrero”.

La carrera está lanzada y todos aspiran a cumplir las metas previstas. Los operadores turísticos testean cada variable, aunque sin enfrascarse en las matemáticas. La regla que casi todos cumplen parece ser el optimismo, una disposición mental, un rito infaltable que es la marca registrada de la actividad.

En los últimos diez años, la hotelería creció un 34,6% en Bariloche. Actualmente hay

29.116 camas repartidas en 667 establecimientos.

Casi el 60% de los trabajos en hoteles y restaurantes es cubierto con empleo temporario, según el sindicato de los gastronómicos.

Datos

En los últimos diez años, la hotelería creció un 34,6% en Bariloche. Actualmente hay
29.116 camas repartidas en 667 establecimientos.
Casi el 60% de los trabajos en hoteles y restaurantes es cubierto con empleo temporario, según el sindicato de los gastronómicos.

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